Todo comienza cuando era muy chica y mi madre(Q.E.P.D.) trabajaba en el I.P.H.E. con niños con capacidades y condiciones especiales. En el momento no sabía el qué o el por qué de las cosas, pero ahora de grande recuerdo esas innumerables tardes de mi mamá y sus compañeras en el porche de mi casa. Recuerdo que siempre me gustaba ayudar a armar las casitas sin saber el impacto que esto tendría en mi.
Como cosas de la vida adulta, por mi hijo retomé muchas de las actividades didácticas y motrices para beneficio de él y desde que lo vi armando rompecabezas e intentando embonar piezas me dije: "ya está listo para los bloques".
Los bloques y mas específicamente para mi, los bloques marca Lego® ofrecen en primer lugar un juguete seguro, sin químicos o colorantes tóxicos que puedan afectar la salud de nuestros niños. Entrando luego en la parte de beneficios, soy fiel creyente en la metodología de que los niños aprenden jugando, no solo estamos hablado de la coordinación ojo-mano sino en todos aquellos aspectos que han sido remplazados por el exceso de padres introduciendo tecnología a muy temprana edad, causando a largo plazo retrasos en el aprendizaje y una pobre coordinación motora.

Los beneficios son innumerables y cada día se descubren muchísimos más por lo que no esperemos a que alguien nos diga el porqué y empecemos a crear estos recuerdos en nuestro hogar, que más que beneficios nos dan experiencias de vida y en un mundo donde las escuelas se esfuerzan en crear rebaños, jugar con Lego® ofrece a sus niños el desarrollo suficiente para que sean los líderes del mañana.
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